Descubre la historia del Bar Automático del Hotel Continental, pionero en España
En 1932, en el corazón de la Rambla de Canaletas, nuestro abuelo Francisco Malagarriga Fabra, casado con Concepción Miralbell Centena, inauguraron un lugar que marcaría un hito en la escena gastronómica española y europea: el Bar Automático. Situado en el Hotel Continental, este establecimiento se erigió como pionero en su género, introduciendo un concepto revolucionario en el país que representaban la vanguardia de la modernidad.
Nuestros abuelos estaban acostumbrados a viajar y visitar hoteles en Europa y en Estados Unidos, de ahí surgió la idea de abrir el “Bar Automático” en Barcelona. También el de instalar puertas giratorias, que también fue una de las primera en la ciudad.
El Bar Automático del Hotel Continental ofrecía una experiencia única: Sus mostradores exhibían pequeños compartimentos de cristal, donde, tras insertar una moneda, los clientes podían servirse a sí mismos.
En otros lugares como Madrid o Tanger emergieron como puntos de encuentro populares. Con un diseño cuidado y contemporáneo para la época. Este fenómeno no solo transformó la forma en que se experimentaba la gastronomía, sino que también simbolizó un cambio en la cultura y el estilo de vida de la época.
La llegada de la Guerra Civil en 1936 obliga a cerrar el Bar Automático
Tras el inicio de la Guerra Civil Española y la Posguerra se tuvo que cerrar, además el Hotel Continental había sido confiscado por la facción “roja” y nuestra familia tuvo que abandonarlo.
Me contaba mi tia Conchita Malagarriga Miralbell, hermana de mi padre, que con 97 años conserva una lucidez, memoria y estado físico espectaculares, cómo colocaron una bomba en la entrada del hotel. Mi abuelo despidió a un conserje a raíz de pruebas evidentes de que robaba. A partir de este hecho, recibió amenazas de muerte si no lo volvía a contratar pero abuelo no accedió a este chantaje y, fue por ello que, hicieron explotar una bomba en la entrada del hotel. Ésta provocó que el conserje de aquel momento casi perdiera sus dos piernas. No fue así, ya que le llevaron enseguida al Hospital Clínico donde le operaron y, curioso dato, necesitó una transfusión de sangre del grupo 0, mi padre Jose María Malagarriga Miralbell fue el donante. En aquella época la transfusión era directa de persona a persona.
Y, después llegó la postguerra y con ella, la dictadura… una lástima que el Bar Automático ya no volvió a abrir sus puertas.
El documental “The Automat”
Descubre en el documental «The Automat», disponible en HBO exclusivamente para espectadores en Estados Unidos, un viaje fascinante a través de la historia de estos emblemáticos establecimientos, con la participación de destacadas figuras. Mel Brooks, reconocido actor y director, lidera este documental estrenado en 2022, incluso aportando una composición musical única para la ocasión.
Este documental revela la importancia cultural e histórica que los Automáticos de “Horn & Hardart” tuvieron para múltiples generaciones de estadounidenses. Diversos factores contribuyeron a su éxito: La comida, accesible en precio y recordada por su simplicidad y calidad, fue un elemento fundamental. En 2002, el libro «The Automat: The History, Recipes, and Allure of Horn & Hardart’s Masterpiece» recopiló algunas de las recetas más populares, como los pasteles salados, tartas, espinacas con crema y judías. El café también tenía un papel crucial, destacando por su calidad y el icónico precio de 5 centavos de dólar.
El impacto social de los Automáticos de Horn & Hardart en Estados Unidos
Para sociólogos e historiadores, los bares automáticos representaron mucho más que simples lugares para comer. Durante décadas, desempeñaron un papel vital en los mecanismos sociales de la época: Para los inmigrantes que llegaban a Nueva York en la primera mitad del siglo XX, los Automáticos ofrecían una solución a los problemas de idioma y una oportunidad para integrarse en la cultura estadounidense sin necesidad de interactuar verbalmente para ordenar comida. Además, en los años 20, con la incorporación de la mujer en el mercado laboral, miles de ellas encontraban en estos establecimientos un refugio seguro para almorzar, en contraposición a los restaurantes tradicionales que se percibían como espacios dominados por hombres.
Durante los periodos prósperos, los Automáticos representaban un símbolo del optimismo capitalista, ofreciendo una amplia variedad de comida a precios accesibles para todos. Sin embargo, durante la Gran Depresión de 1929, estos establecimientos se convirtieron en un refugio indispensable, proporcionando café caliente y platos económicos que eran un salvavidas para muchas personas en tiempos de dificultad económica.
El legado social de los Automáticos de Horn & Hardart trasciende su función gastronómica, dejando una marca indeleble en la historia y la cultura de Estados Unidos.
Las historias del Hotel Continental tras 7 generaciones de tradición hotelera
En este blog disfrutamos compartiendo momentos de la historia que han marcado a nuestra familia, nuestro negocio y nuestra ciudad.
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